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This week Vice President Kamala Harris visited Guatemala and Mexico, meeting with government and civil society leaders to discuss issues of corruption, violence, and poverty. During a Monday press conference with Guatemalan president Alejandro Giammattei, Harris offered a callous and woefully misguided message to Central Americans. “I want to be clear to folks in the region who are thinking about making that dangerous trek to the United States-Mexico border,” Harris said. “Do not come. The United States will continue to enforce our laws … If you come to our border, you will be turned back.” These remarks reflect a deep misunderstanding of our laws and of the conditions forcing people to seek asylum at our border. The Center for Gender & Refugee Studies (CGRS) urges the vice president and the Biden-Harris administration to do better.
For people fleeing Central America it is no secret that the voyage north is dangerous, and that they will likely face hostility at the U.S. border. Yet thousands continue to make the treacherous journey because widespread violence, poverty, and disasters in their home countries leave them no other option. Vice President Harris and the Biden-Harris administration should understand this: People flee home because their lives, and the lives of their children, depend on it. The administration’s advice that Central Americans, Haitians, and others escaping grave dangers simply “not come” – as if they have any choice in the matter – is cruel and wildly out of touch. Moreover “enforcing our laws” should mean upholding the right to seek asylum, which is enshrined in both U.S. and international law. Turning people away without the slightest concern for the dangers they’ll face, as the Biden-Harris administration has continued to do under the illegal Title 42 policy, is a blatant violation of our laws.
“Our country has played a direct role in the dangerous conditions that plague Central America by bolstering oppressive regimes and contributing to the violence and instability driving refugee flight from the region,” CGRS Manager of Regional Initiatives Felipe Navarro Lux said today. “Instead of taking responsibility and addressing the harm we have caused, the United States time and time again has doubled down on ineffective and draconian policies that punish Central Americans and other refugees for seeking U.S. protection. We have a legal and moral obligation to do better.”
Our immigration and foreign policies should seek not to suppress migration, but to expand safe and orderly pathways to refugee protection and, in the long term, to make the region safer, so that migration is increasingly an option, rather than a necessity, for Central Americans. We can do so by:
- Encouraging transparent and accountable governments that uphold the rights of their residents: The United States should stand with Central American civil society organizations (CSOs) working for change – not abusive or authoritarian governments – to combat corruption, advance the rule of law, and promote respect for human rights, particularly for vulnerable groups including youth, women, Indigenous, Black, and LGBTQ+ people.
- Prioritizing humanitarian protection over deterrence. Pressuring countries in the region to increase migration enforcement and militarize their borders only forces people seeking protection to make more dangerous journeys, exposing them to increased human rights violations.
- Expanding and developing new pathways for migrants and asylum seekers: We should expand protections those fleeing persecution, increase opportunities for family reunification, and address the needs of those displaced by climate change.
- Designating Temporary Protected Status (TPS) for Guatemala, and re-designating TPS for Honduras, El Salvador, and Nicaragua: TPS allows immigrant communities in the United States to live and work without fear of deportation, and to send remittances to family members in their home countries still recovering from the effects of back-to-back hurricanes and the COVID-19 pandemic.
Click here to read CGRS’s recommendations for expanding access to protections for refugees and migrants in Central America and Mexico, with Centro de los Derechos del Migrante, Inc., Church World Service, Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI), Kids in Need of Defense (KIND), Latin America Working Group Education Fund (LAWGEF), Washington Office on Latin America, and Women’s Refugee Commission.
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CGRS urge a la vicepresidente Harris rechazar políticas miopes que ponen en peligro a los centroamericanos
(10 de junio de 2021) – Esta semana la vicepresidente Kamala Harris visitó Guatemala y México, reuniéndose con líderes de los gobiernos y la sociedad civil para discutir asuntos de corrupción, violencia, y pobreza. Durante una rueda de prensa junto con el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, Harris le ofreció un mensaje cruel y tristemente equivocado a los centroamericanos. “Quiero ser clara con las personas en la región que están pensando en hacer el peligroso viaje a la frontera de Estados Unidos-México”, dijo Harris. “No vengan. Estados Unidos hará cumplir sus leyes… Si vienen a nuestra frontera, serán regresados”. Estas palabras relejan un profundo desconocimiento de nuestra legislación y de las condiciones que obligan a las personas a pedir asilo en nuestra frontera. El Centro de Estudios de Género y Refugiados (CGRS por sus siglas en inglés) urge a la vicepresidenta y al gobierno Biden-Harris a realizar un mejor trabajo.
Para las personas que huyen de Centroamérica no es un secreto que el viaje al norte es peligroso, y que muy seguramente serán recibidos con hostilidad en la frontera de EE. UU. Aun así, miles continúan migrando porque la violencia, pobreza, y desastres en sus países de origen no les dejan otra opción. La vicepresidente Harris y el gobierno Biden-Harris deben entender esto: Las personas huyen de sus hogares porque sus vidas, y las vidas de sus hijos, dependen de ello. El consejo que este gobierno le da a los centroamericanos, haitianos, y otros que escapan de graves peligros cuando les dice que “no vengan” – como si fuera una opción – es cruel y se aleja de la realidad. Mas aún, “hacer cumplir nuestras leyes” debería significar proteger el derecho a solicitar asilo, el cual se encuentra consagrado en la ley nacional e internacional. Retornar a personas en la frontera sin la menor preocupación por los peligros que puedan enfrentar, como el gobierno Biden-Harris continúa haciendo bajo la ilegal política del “Título 42”, es una violación descarada de nuestras leyes.
“Al apoyar gobiernos opresivos y contribuir a la violencia e inestabilidad en Centroamérica, nuestro país ha jugado un papel directo en la creación de los peligros que obligan a miles a huir”, dijo Felipe Navarro-Lux, Gerente de Iniciativas Regionales de CGRS. “En vez de asumir nuestra responsabilidad y aminorar el daño que hemos causado, una y otra vez Estados Unidos ha implementado políticas ineficientes y draconianas que castigan a los centroamericanos y otros refugiados por buscar protección en este país. Es hora de cumplir nuestras obligaciones legales y morales.”
En vez de buscar suprimir la migración, nuestras políticas exteriores y migratorias se deben enfocar en crear y ampliar opciones seguras y ordenadas de acceso a protección para refugiados y, a largo plazo, mejorar las condiciones en la región para que la migración sea cada vez más una opción, y no una necesidad, para los centroamericanos. Podemos hacer esto al:
- Promover gobiernos que respeten los derechos de todos sus residentes, urgiendo transparencia y rendición de cuentas: Estados Unidos debe apoyar a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan para efectuar cambios – y no a gobiernos corruptos y autoritarios – para combatir la corrupción, reforzar el estado de derecho, y promover el respeto por los derechos humanos, particularmente para la juventud, mujeres, personas indígenas, negras y LGBTQ+.
- Priorizar la protección humanitaria sobre la disuasión migratoria. Presionar a los países de la región a aumentar sus controles migratorios y militarizar sus fronteras solo obliga a las personas que buscan protección a tomar caminos más peligrosos, exponiéndolas a mayores violaciones de derechos humanos.
- Ampliar y desarrollar nuevas oportunidades para migrantes y solicitantes de asilo: Debemos ofrecer más opciones para aquellos que huyen de la persecución, aumentar las oportunidades de reunificación familiar, y atender las necesidades de aquellos desplazados por el cambio climático.
- Designar Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para Guatemala, y re-designar TPS para Honduras, El Salvador, y Nicaragua: Con TPS, las comunidades inmigrantes en Estados Unidos pueden vivir y trabajar sin temor a ser deportadas, y enviar remesas a sus familias en sus países de origen, los cuales aún están sintiendo los devastadores efectos de huracanes y la pandemia COVID-19.
Haga click aquí para leer recomendaciones para ampliar el acceso a protección para refugiados y migrantes en Centro América y México, desarrolladas por CGRS, Centro de los Derechos del Migrante, Inc., Church World Service, Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI), Kids in Need of Defense (KIND), Latin America Working Group Education Fund (LAWGEF), Washington Office on Latin America, y Women’s Refugee Commission.