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The Center for Gender & Refugee Studies (CGRS) decries the heartless new rule proposed by the Trump administration yesterday that would bar many asylum seekers under the pretext of public health concerns. The proposed rule joins a seemingly endless series of cruel policies designed to stigmatize and punish people for seeking protection in the United States. The flimsy public health rationale the administration offers has been repeatedly debunked by numerous medical experts. CGRS urges the administration to immediately rescind the rule which, if permitted to take effect, would endanger the lives of countless asylum seekers.
The new rule would allow the administration to shut the door on asylum seekers solely because they have traveled from or through a country where an infectious disease is present. Under the rule an asylum seeker can be denied protection regardless of whether she herself is actually ill. That means that a person could be returned to life-threatening persecution based on the mere fact that a certain disease is present in her home country – even when careless U.S. deportations are to blame for that disease’s spread. Disturbingly, the rule could also be applied to asylum seekers who have contracted COVID-19 in U.S. immigration detention facilities, where medical negligence is rampant. The rule could even be used to exclude asylum seekers who have risked their own lives providing health care to COVID-19 patients in the United States.
The administration justifies the proposed rule with a narrow national security provision in our immigration laws meant to apply only to individuals engaged in such activities as conspiring to overthrow the U.S. government. The rule expands its application to perceived public health risks like never before.
This is not the first time that the Trump administration has weaponized pandemic fears against asylum seekers. In March the Centers for Disease Control and Prevention (CDC) issued an unprecedented order that has empowered the Department of Homeland Security to carry out nearly 70,000 summary expulsions of asylum seekers and child migrants at the border. The new rule goes one step further, allowing the administration to target asylum seekers whether they are arriving at the border or are already present in the United States. Worse still, the rule imposes a bar on not only asylum, but also withholding of removal, a related humanitarian protection that our government is required to provide people fleeing life-threatening persecution under both U.S. and international law.
“The administration is once again distorting the law beyond belief,” CGRS Director of Policy and Advocacy Kate Jastram said today. “This new rule marks yet another dangerous and divisive attempt by the Trump administration to gut asylum protections by exploiting racist myths of immigrants as carriers of disease and falsely portraying them as a threat.”
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CGRS rechaza la regla que prohíbe a los solicitantes de asilo por motivos de salud pública endebles
10 de julio de 2020 - El Centro de Estudios de Género y Refugiados (CGRS, por sus siglas en inglés) rechaza la despiadada nueva regla propuesta ayer por el Gobierno Trump que le prohibiría el asilo a muchos solicitantes bajo el pretexto de supuestas preocupaciones de salud pública. La nueva regla se une a una lista aparentemente interminable de políticas crueles diseñadas para estigmatizar y castigar a las personas que buscan protección en los Estados Unidos. La débil justificación de salud pública que ofrece el gobierno ha sido desacreditada reiteradamente por una serie de expertos médicos. CGRS insta al gobierno a rescindir la regla inmediatamente ya que, de permitirse entrar en efecto, pondría en peligro la vida de innumerables solicitantes de asilo.
La nueva regla permitiría al gobierno Trump cerrarles las puertas a los solicitantes de asilo únicamente por provenir desde, o transitar por, un país donde exista una enfermedad infecciosa. Según la regla, a un solicitante de asilo se le puede negar la protección, independientemente de si la persona está enferma o no. Esto significa que una persona podría ser retornada a una situación de persecución potencialmente mortal por el simple hecho de que una enfermedad existe en su país de origen, incluso cuando las deportaciones descuidadas de EE. UU. han sido responsables por la propagación del COVID-19. De manera inquietante, la regla también podría aplicarse a los solicitantes de asilo que han contraído COVID-19 en los centros de detención para inmigrantes en los Estados Unidos, donde la negligencia médica es rampante. La regla podría usarse para excluir a los solicitantes de asilo que han arriesgado sus propias vidas brindando atención médica a pacientes con COVID-19 en los Estados Unidos.
El gobierno Trump justifica la regla propuesta con el uso de una disposición de seguridad nacional con alcance bastante limitado. Dicha disposición se encuentra en nuestras leyes de inmigración y está destinada a aplicarse únicamente sobre personas involucradas en actividades tales como traición. Como nunca en la historia, la regla ahora expande la aplicación de la disposición para abarcar también cualquier riesgo que salud pública que se perciba.
Esta no es la primera vez que el gobierno Trump ha usado los miedos de la pandemia como arma en contra de los solicitantes de asilo. En marzo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) publicaron una orden sin precedentes que ha empoderado al Departamento de Seguridad Nacional para expulsar sumariamente a cerca de 70,000 de solicitantes de asilo y niños migrantes en la frontera. La nueva regla va un paso más allá, permitiendo que el gobierno aplique la regla tanto a los solicitantes de asilo que arriban a la frontera, como a los que ya están presentes en Estados Unidos. Peor aún, la regla impone una prohibición no solo al asilo, sino también a la suspensión de remoción, una protección humanitaria relacionada que nuestro gobierno, bajo las leyes nacionales e internacionales, debe ofrecer a las personas que huyen por sus vidas escapando de la persecución.
"El gobierno una vez más distorsiona la ley más allá de lo imaginable ", dijo hoy Kate Jastram, Directora de Políticas Públicas e Incidencia de CGRS. "Esta nueva regla marca otro peligroso y divisivo intento por parte del gobierno Trump de acabar con las protecciones de asilo a través del uso de falsos mitos racistas que dicen que los inmigrantes son portadores de enfermedades y una amenaza para la sociedad.”