Help Defend Asylum
CGRS relies on the generous support of people like you to sustain our advocacy defending the human rights of refugees. Make a gift today!
en español abajo
The Trump Administration plans to publish new regulations next week that would effectively dismantle the U.S. asylum system and completely close our doors to those desperately seeking protection. These regulations make a mockery of our country’s humanitarian commitments and will result in untold suffering. The Center for Gender & Refugee Studies (CGRS) is prepared to use every tool at our disposal to fight back against this abhorrent attack on the rights of refugees.
The Trump Administration has spent the past three years waging a sustained assault on Black, indigenous, and people of color seeking refuge in the United States. Through a patchwork of hateful policies and sweeping attorney general decisions, the Administration has attempted to rewrite our laws, with the explicit goal of excluding as many people as possible. Women and children fleeing brutal domestic violence were among the Administration’s first targets. Subsequent policies have taken aim at vulnerable children and families, trapped asylum seekers in perilous conditions in Mexico, and weaponized a global pandemic against children at the border.
The revolving cast of Administration officials carrying out these policies has varied only in the degree to which they are willing to execute an extremist agenda built on white supremacy and contempt for refugees. As the president approaches the end of his first term, the Administration is now attempting to write their vast array of anti-asylum policies, procedures, and legal opinions into law – by proposing a behemoth rule that would codify their hatred in the form of binding federal regulations.
“This entire rule is beyond contempt,” CGRS Director of Policy and Advocacy Kate Jastram said today. “It does violence to the rule of law itself, rewriting longstanding precedent established by courts of appeals across the country and reneging on our treaty obligations. The rule reinterprets nearly every word of the refugee definition in such a restrictive manner as to do away with the concept of a refugee altogether.”
While the proposed regulations would make it nearly impossible for any refugee to find protection in the United States, they shut the door to women and girls almost entirely. The rule specifies that any person seeking refuge from persecution motivated even in part by gender will not qualify for asylum. This would be a death sentence for those fleeing countries where perpetrators of gender-based violence commit unspeakable atrocities with impunity.
The regulations also dispose of any semblance of due process in asylum proceedings, creating a system designed to deny every single claim. Among other egregious provisions, they allow judges to reject asylum applications without even holding a hearing. Even an expert asylum attorney would struggle to navigate the minefield of restrictions the rule imposes – and many asylum seekers, including children, are forced to represent themselves.
“That this Administration would seek to give Stephen Miller’s entire anti-asylum wish list the force of law is as unsurprising as it is shameful. These regulations would leave a grotesque stain on the moral fabric of our country,” CGRS Director Karen Musalo said today. “Our government has the ability to safely process asylum seekers at the border and provide every applicant their fair day in court. Instead, they have spent the entirety of their term devising the most hateful, anti-refugee policies imaginable, at the cost of many asylum seekers’ lives. This rule will only lead to more senseless death and suffering. We must come together to stop this travesty.”
--
CGRS denuncia regulaciones que desmantelan el sistema de asilo de EE.UU.
11 de junio de 2020 – La próxima semana, el gobierno Trump planea publicar unas nuevas regulaciones que efectivamente desmantelarían el sistema de asilo de EE.UU. y cerraría nuestras puertas para aquellos que buscan protección desesperadamente. Estas regulaciones se burlan de los compromisos humanitarios del país y resultarán en un mar de sufrimiento. El Centro de Estudios de Género y Refugiados (CGRS, por sus siglas en inglés) está preparado para utilizar cada una de las herramientas a nuestro alcance para combatir este aborrecible ataque contra los derechos de los refugiados.
Por los últimos tres años el gobierno Trump ha librado un ataque continúo contra los indígenas, negros, y otras personas de color que buscan refugio en Estados Unidos. Armado con políticas de odio y las amplias decisiones del fiscal general, este gobierno ha intentado reescribir nuestras leyes con el propósito expreso de excluir al mayor número de personas posible. Mujeres y niños y niñas que huyen de la brutal violencia doméstica se encontraron entre los primeros blancos de este gobierno. Políticas subsiguientes se han ensañado contra niños y familias vulnerables, atrapado a solicitantes de asilo en México bajo condiciones peligrosas, y usado la pandemia global como un arma contra la niñez migrante que arriba a la frontera.
La siempre cambiante composición de oficiales del gobierno que ejecutan estas políticas sólo ha variado en el grado en que estén dispuestos a avanzar una agenda extremista basada en la supremacía blanca y el desprecio por los refugiados. A medida que el presidente se acerca al fin de su primer término, el gobierno ahora intenta convertir en ley su amplia gama de políticas, procedimientos y opiniones legales antiasilo, proponiendo una regla gigantesca que codifica su odio en forma de regulaciones federales con carácter vinculante.
“Esta regla es despreciable en su totalidad,” dijo Kate Jastram, directora de políticas públicas e incidencia de CGRS. “Violenta el estado de derecho, reescribe el precedente ya bien establecido a través de las cortes de apelaciones del país, y viola las obligaciones que hemos adquirido mediante tratados internacionales. Esta regla reinterpreta casi cada palabra de la definición del refugiado de una manera tan restrictiva como para eliminar por completo el concepto de refugiado.”
Si bien en general las regulaciones propuestas harán que sea casi imposible para cualquier refugiado obtener protección en Estados Unidos, son especialmente dañinas para las mujeres y niñas. La regla establece que cualquier persona que busque refugio por persecución motivada al menos en parte por motivos de género no calificará para recibir asilo. Esto sería una sentencia de muerte para aquellas que huyen de países donde sus abusadores cometen atrocidades inimaginables con completa impunidad.
Estas regulaciones también desechan cualquier semblanza de debido proceso en los procedimientos de asilo, creando un sistema diseñado para negar cada solicitud. Una de las disposiciones más absurdas permite que los jueces rechacen las solicitudes de asilo antes de adelantar una audiencia. Aun los abogados de inmigración con más experiencia tendrán dificultades para navegar al campo minado de restricciones que la regla impone, y muchos solicitantes de asilo, incluyendo niños, se verán forzados a representarse a si mismos.
“Si bien no es sorprendente, sí es vergonzoso que este gobierno le haya dado fuerza de ley a la agenda antiasilo de Stephen Miller. Estas regulaciones dejarán una mancha grotesca en la integridad moral de nuestro país,” dijo la directora de CGRS, Karen Musalo. “Nuestro gobierno tiene la habilidad de procesar de manera segura a los solicitantes de asilo en la frontera y brindarle a cada aplicante un proceso justo ante las cortes. En cambio, han invertido la totalidad de su tiempo los últimos tres años diseñando las políticas más odiosas y antirefugiados imaginables, a costa de la vida de muchos solicitantes de asilo. Esta regla solo traerá mas sufrimiento y muertes sin sentido. Debemos unirnos para ponerle un alto a este absurdo.”