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The Center for Gender & Refugee Studies (CGRS) decries the new Trump Administration rule published today that will deprive most asylum seekers of legal work authorization in the United States while their cases are adjudicated. This rule violates our laws and will leave many asylum seekers and their families vulnerable to poverty, homelessness, and exploitative work. When the rule was initially proposed in November, CGRS joined many advocates and allies around the country in submitting formal comments opposing it.
The new rule more than doubles the amount of time asylum seekers must wait before applying for work authorization, extending the wait time to 365 days, and precludes from work authorization those who apply for asylum more than one year after they enter the United States until their case is finally adjudicated. The rule also bars from work authorization those who enter the country between official ports of entry – a move that will exclude nearly everyone arriving at our southern border, which the Trump Administration has all but shuttered to asylum seekers. Among its most punitive provisions, the rule strips asylum seekers of work authorization while their cases are on appeal, even if a court has already found them eligible for asylum and the appeal has been brought by the government.
Extending the time period before asylum seekers can lawfully work – or barring them from work authorization altogether – will exacerbate their already economically and socially vulnerable situations. Asylum seekers are not entitled to most forms of government assistance and social welfare benefits and can support themselves and their families only by working. By denying them the opportunity to do so, this rule puts asylum seekers at great risk of hunger, homelessness, and potentially abusive living situations, as well as trafficking and other coercive employment practices.
“The Trump Administration’s new rule punishes asylum seekers for exercising their right to apply for protection in the United States and forces them into dangerous living conditions for the duration of the asylum process, which can take years,” CGRS Director of Policy & Advocacy Kate Jastram said today. “The rule violates our legal commitments to asylum seekers under the Refugee Convention and Protocol, as well our own immigration laws, and will lead to untold suffering.”
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CGRS denuncia la regla que niega autorizaciones de trabajo a los solicitantes de asilo
Viernes, 26 de junio de 2020
El Centro de Estudios de Género y Refugiados (CGRS, por su siglas en inglés) rechaza la nueva regla del gobierno Trump publicada el día de hoy que le negará la posibilidad de trabajar legalmente en Estados Unidos a la mayoría de los solicitantes de asilo mientras sus casos se adjudican. Esta regla viola nuestras leyes y dejará a muchos solicitantes de asilo y a sus familias vulnerables a la pobreza, la indigencia, y la explotación laboral. Cuando el gobierno propuso la regla originalmente el pasado noviembre, CGRS se unió a muchos defensores y aliados en todo el país para presentar comentarios formales en oposición a la regla.
La nueva regla extiende en más del doble la cantidad de tiempo que los solicitantes de asilo deben esperar para poder pedir una autorización de trabajo, prolongando el tiempo de espera a 365 días, y excluye de la posibilidad de recibir un permiso de trabajo a quienes presenten sus solicitudes de asilo más de un año después de haber ingresado a Estados Unidos hasta que sus casos se adjudiquen finalmente. La regla también prohíbe que se otorguen autorizaciones de trabajo para las personas que ingresen al país entre los puertos oficiales de entrada, una provisión que excluirá a casi todas las personas que llegan a nuestra frontera sur, la cual el gobierno Trump ha cerrado casi completamente a los solicitantes de asilo. Entre sus disposiciones más punitivas, la regla priva a los solicitantes de asilo de permisos de trabajo mientras que sus casos se apelan, incluso cuando una corte decida que el aplicante es elegible para recibir asilo y el gobierno sea quien presente la apelación.
Ampliar el período de tiempo antes de que los solicitantes de asilo puedan trabajar legalmente, o impedirles la oportunidad de recibir una autorización de trabajo por completo, exacerbará sus ya vulnerables situaciones económicas y sociales. Los solicitantes de asilo no tienen acceso a la mayoría de los programas de asistencia y beneficios de bienestar social del gobierno, y solo pueden mantenerse a sí mismos y a sus familias a través del trabajo. Al negarles la oportunidad de hacerlo, esta regla pone a los solicitantes de asilo en gran riesgo de no tener con qué comer o dónde vivir, y potencialmente exponiéndolos a situaciones de abuso, así como trata de personas y otras formas de empleo coercitivas.
“La nueva regla del gobierno Trump castiga a los solicitantes de asilo por ejercer su derecho a solicitar protección en los Estados Unidos y los obliga a vivir en condiciones peligrosas durante el proceso de asilo, el cual puede tardar muchos años,” dijo hoy Kate Jastram, directora de políticas públicas e incidencia de CGRS. “La regla viola nuestros compromisos legales con los solicitantes de asilo, consagrados en la Convención sobre el Estatuto de Refugiados y en nuestras propias leyes de inmigración, y causará sufrimiento incalculable para los afectados.”