Help Defend Asylum
CGRS relies on the generous support of people like you to sustain our advocacy defending the human rights of refugees. Make a gift today!
En español abajo
The United States government should uphold refugee protections for survivors of domestic violence, the Center for Gender & Refugee Studies (CGRS) and Human Rights Watch said today.
In December 2018, a federal judge delivered a sharp rebuke to the Trump Administration’s most significant attempt to undermine asylum protections for domestic violence survivors. A June decision by then-Attorney General Jeff Sessions in a case involving a woman whose initials were A.B. attempted to place a sweeping ban on domestic violence claims. Following a lawsuit filed by CGRS and the American Civil Liberties Union over the summer, U.S. District Judge Emmet G. Sullivan of the U.S. District Court for the District of Columbia ruled that the Administration could not impose such a ban and that people who make domestic violence claims must have a fair opportunity to apply for asylum.
But despite Sullivan’s favorable ruling, Ms. A.B.’s case remains in limbo. Until Sessions’ decision is overturned, she and thousands of women like her will continue to face an uphill battle in the courts.
Today CGRS and HRW released a video in which Ms. A.B. shares her story of abuse in El Salvador, the impossibility of finding protection in her home country, and her quest to find safety in the U.S.
“Ms. A.B. suffered brutal physical, sexual, and emotional abuse, and every time she sought protection from the Salvadoran authorities, the police would not protect her,” said Karen Musalo, one of the woman’s attorneys and director of the Center for Gender and Refugee Studies. “In denying her asylum, the former attorney general not only overturned clearly established case law recognizing the right to asylum for survivors of domestic violence, but also repudiated the well-accepted principle that women’s rights are human rights.”
The incoming attorney general should rescind Sessions’ decision, the groups said. If not, Congress should enact legislation that protects the right to asylum for domestic violence survivors and others whose claims have been undermined by the ruling in Ms. A.B.’s case.
Sessions’ administrative decision denying Ms. A.B. asylum overruled the Board of Immigration Appeals’ ruling in a seminal 2014 case, Matter of A-R-C-G-, which recognized that domestic violence survivors may qualify for asylum. Under U.S. and international law, to be eligible for asylum, a person must show a well-founded fear of persecution on the grounds of race, religion, nationality, political opinion, or membership in a particular social group. Domestic violence survivors who are unable to secure protection in their home countries have been able to obtain asylum on the ground of membership in a particular social group, among others.
In his December ruling, Judge Sullivan struck down many of the new policies to carry out Sessions’ decision, writing that there is “no legal basis for an effective categorical ban on domestic violence and gang-related claims.”
Under international law, governments have a clear obligation to prevent domestic violence, as well as to protect, support, and ensure access to justice and services for victims. But around the world, in Central America and elsewhere, women struggle to have governments ensure, or in some cases recognize, their right to protection. In some countries, criminal law does not adequately address domestic violence. More often, domestic violence is outlawed but rates of domestic violence, including violence that ends in homicide, remains high as authorities fail to ensure justice.
“This is absolutely the case in El Salvador, where the government’s utter failure to protect Ms. A.B. forced her to flee for her life,” said Andrés López, her co-counsel.
The Trump Administration’s move to severely limit asylum eligibility for domestic violence survivors is consistent with other regressive actions it has taken in recognizing violence against women as a human rights issue. The State Department’s annual human rights country reports since 2017 have excluded detailed analysis of violence against women, as well as reporting on women’s and girls’ reproductive health care.
“The Trump Administration’s fallacious view that domestic violence is a matter between private actors fails to recognize the systemic abuse of women’s rights in countries where authorities cannot or do not protect women threatened with domestic violence,” said Grace Meng, senior US researcher at Human Rights Watch. “The serious and persistent problem of domestic violence cannot be eliminated unless the U.S. and other countries recognize domestic violence, and the related acts or omissions of the government, as violations of women’s basic human rights.”
CGRS y HRW lanzan video y piden al gobierno que restituya las protecciones para sobrevivientes de violencia doméstica
El gobierno debe mantener las protecciones de asilo para sobrevivientes de violencia doméstica, han afirmado el día de hoy el Center for Gender & Refugee Studies (CGRS, Centro de Estudios de Género y Refugiados) y Human Rights Watch.
En diciembre de 2018, un juez federal reprendió duramente el intento más significativo de la Administración Trump de socavar las protecciones de asilo para los sobrevivientes de violencia doméstica. Dicho intento se dio con una decisión emitida por el exfiscal general Jeff Sessions el pasado mes de junio en el caso de una mujer con las iniciales A.B. A través de dicha decisión, intentó establecer una prohibición categórica a las solicitudes basadas en violencia doméstica. Como resultado de una demanda presentada por CGRS y el American Civil Liberties Union el verano pasado, el Juez de Distrito Federal Emmet G. Sullivan, de la Corte Federal Distrital del Distrito de Columbia, decidió que la administración no puede imponer una prohibición como ésta. Adicionalmente, encontró que a las personas que presentan casos basados en violencia doméstica se les debe otorgar la oportunidad justa de aplicar para recibir asilo.
A pesar de la decisión favorable del Juez Sullivan, el caso de la Sra. A-B- continúa en el limbo. Hasta que la decisión de Sessions no sea revocada, ella y miles de mujeres en su situación continuarán enfrentando una dura batalla en las cortes.
Hoy, CGRS y HRW lanzan un video en el que la Sra A.B. cuenta su historia de abuso en El Salvador, lo imposible que fue encontrar protección en su país, y su travesía para estar a salvo en Estados Unidos.
“La Sra. A.B. sufrió abuso físico, sexual y emocional. Cada vez que buscó que las autoridades salvadoreñas la protegieran la policía se rehusó a hacerlo”, dijo Karen Musalo, una de las abogadas de A.B. y directora del Center for Gender and Refugee Studies. “Al negarle el asilo, el exfiscal general no solo recovó precedentes legales que reconocían el derecho al asilo por parte de sobrevivientes de violencia doméstica, sino que también rechazó el reconocido principio que establece que los derechos de las mujeres son derechos humanos”.
Lo correcto es que el nuevo fiscal general rescinda la decisión de Sessions, manifestaron las organizaciones. De no hacerlo, el Congreso deberá promulgar legislación que proteja el derecho al asilo para sobrevivientes de violencia doméstica u otros casos que se han visto afectados por la decisión en el caso de la Sra. A.B.
La decisión administrativa de Sessions que le negó el asilo a la Sra. A-B- revocó una decisión de la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA, por sus siglas en inglés) en un importante caso conocido como Asunto de A-R-C-G-. Este caso reconocía que las sobrevivientes de violencia doméstica pueden ser elegibles para recibir asilo. Tanto bajo la ley internacional como la de Estados Unidos, para ser elegible para recibir asilo, una persona puede demostrar que tiene un temor fundado a ser perseguido por razón de su raza, religión, nacionalidad, opinión política, o pertenencia en un grupo social determinado. Las sobrevivientes de violencia doméstica que no logran recibir protección en sus países de origen han podido recibir asilo en Estados Unidos por pertenecer a un grupo social determinado, o través de otras de las bases para recibir asilo.
En su decisión del pasado diciembre, el Juez Sullivan dejó sin efecto muchas de las nuevas políticas diseñadas para ejecutar la decisión de Sessions, argumentando que “no existe ninguna base legal para establecer una prohibición categórica a los casos relacionados con violencia doméstica o de pandillas.”
Bajo la ley internacional, es obligación de los gobiernos prevenir la violencia doméstica, así como proteger, apoyar y garantizar a las sobrevivientes el acceso a servicios y a la justicia. No obstante, alrededor del mundo, tanto en Centroamérica como en otras partes, las mujeres enfrentan serias dificultades para que los gobiernos garanticen, o en algunos casos incluso reconozcan, su derecho a ser protegidas. En algunos países, las leyes criminales no tratan el tema de la violencia doméstica de manera adecuada. En la mayoría de los casos, hay normas que prohíben la violencia doméstica, pero los índices de violencia doméstica, incluyendo violencia que termina en homicidios, se mantienen altos ya que las autoridades no hacen cumplir la ley.
“Sin duda alguna, este es el caso en El Salvador, en donde el absoluto fracaso del gobierno para proteger a la Sra. A-B- la forzó a huir para salvar su vida”, dijo Andrés López, uno de sus abogados.
El intento de la administración Trump de limitar de manera tajante la elegibilidad de las sobrevivientes de violencia doméstica para recibir asilo va de la mano con otras acciones y políticas regresivas que atentan contra el reconocimiento de los derechos de las mujeres como derechos humanos. En los reportes anuales de derechos humanos del Departamento de Estado de los últimos dos años se eliminaron las secciones que analizan los temas de violencia contra las mujeres, así como los reportes sobre los derechos reproductivos de mujeres y niñas.
"La opinión errónea de la administración Trump de que la violencia doméstica es un asunto entre actores privados, no reconoce la manera sistémica en la que se violan los derechos de las mujeres en países donde las autoridades no pueden proteger (o no protegen) a las mujeres que se enfrentan a la violencia doméstica", dijo Grace Meng, investigadora sénior para Estados Unidos de Human Rights Watch. "El grave y persistente problema de la violencia doméstica no puede eliminarse a menos que Estados Unidos y otros países reconozcan a la violencia doméstica, y las acciones u omisiones relacionadas de los gobiernos, como una violación básica a los derechos humanos de las mujeres".